Durante estos dias se acumula el trabajo. Aún no han terminado las labores de siega en unos campos y los labradores que ya han segado los suyos comienzan a quemar la paja del arroz.
Este trabajo consiste en quemar toda la paja que las segadoras han ido depositando en el arrozal después de separar los granos del arroz. La paja queda sobre los rastrojos formando largas filas. Esta formación se quema facilmente, controlada por los labradores.
Este trabajo consiste en quemar toda la paja que las segadoras han ido depositando en el arrozal después de separar los granos del arroz. La paja queda sobre los rastrojos formando largas filas. Esta formación se quema facilmente, controlada por los labradores.
De Albufera |
Fuego en los campos. Las filas de paja amontonada va quemándose poco a poco. Nikon D70, f/9, 1/2000, 70-300 a 300 mm.
De Albufera |
En algunos momentos, y desde la lejanía, se pueden ver grandes columnas de humo, creando una especie de niebla, característica de la zona en estas fechas.
De Albufera |
Arrozal segado y humo lejano. El humo puede llegar a recorrer varios kilómetros, dependiendo de la dirección y fuerza del viento. Nikon D70, f/13, 1/250, 18-50 a 50 mm.
De Albufera |
Grandes columnas de humo. Cuando están frente al sol el ambiente pasa a tomar un tono amarillento. Nikon D70, f/13, 1/640, 70-300 a 70 mm.
Se está trabajando para que los labradores no quemen esta paja, teniendo la Generalitat Valenciana un servicio de recogida de balas de paja para evitar esta quema. El humo resultante, que se desplaza por el viento, puede llegar a provocar molestias a personas con problemas respiratorios. Poco a poco, año a año, se pueden ver más paquetes de paja en los campos, esperando ser recogidos, pero lo cierto es que suele ser mayoritaria la elección de la quema por parte de los labradores.
También hay que tener en cuenta que esta quema de la paja hace que se quemen también los rastrojos que quedan en el campo. Posteriormente, cuando se faenen estos, los rastrojos quemados se mezclarán con el barro, creando un abono natural muy beneficioso para la próxima siembra.
Se está trabajando para que los labradores no quemen esta paja, teniendo la Generalitat Valenciana un servicio de recogida de balas de paja para evitar esta quema. El humo resultante, que se desplaza por el viento, puede llegar a provocar molestias a personas con problemas respiratorios. Poco a poco, año a año, se pueden ver más paquetes de paja en los campos, esperando ser recogidos, pero lo cierto es que suele ser mayoritaria la elección de la quema por parte de los labradores.
También hay que tener en cuenta que esta quema de la paja hace que se quemen también los rastrojos que quedan en el campo. Posteriormente, cuando se faenen estos, los rastrojos quemados se mezclarán con el barro, creando un abono natural muy beneficioso para la próxima siembra.
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